Ponemos nombre y tomamos conciencia de nuestras emociones para acogerlas y trabajar las ideas limitantes y pensamientos recurrentes asociados a ellas. Trabajamos las diferentes emociones tanto individuales como de pareja, valoramos puntos débiles y fortalezas.
El trabajo nos ha de llevar a dar coherencia a nuestra vida. Armonizar lo que pensamos y realizamos con lo que sentimos. Conseguir un estado de calma y conexión con nuestro yo interior. Vivir el momento presente, recibiendo bien la incertidumbre y los cambios constantes. Siendo conscientes del momento que vivimos.
Las emociones hay que reconocerlas, darles un nombre, entender sus causas, expresarlas y gestionarlas. Prepararnos ante los diferentes sentimientos que aparecen y los que pueden aparecer más adelante.