En caso de no embarazo, es importante trabajar el duelo y los sentimientos vinculados a este que puedan surgir como tristeza, desesperanza, decepción, frustración, culpa, envidia hacia otras parejas, vergüenza, etc. Así como prepararnos para una nueva transferencia, un nuevo tratamiento o trabajar el duelo genético ante la posibilidad de recurrir a la donación de óvulos, esperma o embrión. Las pérdidas durante el embarazo también son un duelo muy importante que se ha de elaborar y sanar antes de iniciar un nuevo tratamiento.
Cada persona vive los duelos a su manera, y a veces entre parejas hay diferencias a la hora de gestionar y sobrellevar las pérdidas. Trabajaremos la comunicación y cómo comprendernos mejor.